Él entro corriendo al vagón del tren subterráneo mientras yo miraba por la ventana, aunque llevaba varios años sin verlo lo reconocí de inmediato y me sorprendí al ver que el chico pasado de peso que recordaba se había transformado en una masa de músculos con una cintura tornada; todo esto definido gracias a la camisa blanca de mangas largas y a los jeans ajustados que llevaba puestos. Su atuendo lo completaban sus lentes de armazón grueso, un anillo plateado en el dedo indice de su mano izquierda y un par de botas casuales de color café, posiblemente, talla 40. Me encontraba abrumado por su presencia y observe como se quedaba de pie en la parte derecha del tren con su metro noventa de estatura casi rozando el techo del vagón.
↧